Aquí se  exponen una serie de consideraciones que están encaminadas a construir una visión totalizadora de lo que el patrimonio es y su objetivo final es llegar con su visión a toda la comunidad, para que ésta tome conciencia de cuál es su realidad patrimonial, se iden­tifique como partícipe de la misma y sea consciente de los mecanismos de defensa del patri­monio. Este es un mundo que está permanentemente recreándose y resignificándose.
Si lo viejo ya no sirve se puede destruir, lo vemos día a día en las ciudades, donde los procesos destructivos-constructivos son muy acelerados y nos van quitando nuestros lugares de referencia del pasado. Los espacios donde ocurrieron eventos significativos desaparecen.
Las nuevas generaciones construyen sus propios espacios significativos, generando un sis­tema de creación cultural catastrófico, no acumulativo. El proceso es siempre de pérdida cultu­ral. La disgregación y segmentación del conocimiento de generación en generación tiene implicaciones sociales profundas, en la que los procesos de pérdida son profundos; el individuo o el grupo no tienen apego a su lugar, porque no tienen ahí sus raíces.
La búsqueda de la integración social necesariamente parte de la base del sentido de perte­nencia a algo, de compartir entre todos una experiencia acumulativa que una a las generacio­nes. El patrimonio se construye día a día en base a todas aquellas cosas que, consideramos, nos dan identidad. Es una construcción social porque, si así no fuera, estaríamos hablando sólo de la identidad  individual.
El patrimonio tiene una función social dinámica, que es la de enriquecer y socializar al individuo dentro de un sistema de valores; es la base para la acción social. Sin valores comunes no hay solidaridad social, no hay comunidad ni crecimiento cultural.
Los procesos de conocimiento están íntimamente relacionados a la conciencia del pasado, son acumulativos. El hecho del conocimiento, su carácter transformador y acumulativo constituye el gran patrimonio de la humanidad. La cultura como hecho adaptativo del hombre animal es un sistema acumulativo de cono­cimiento que puede transmitirse de generación en generación y que le ha dado sentido al hombre como tal.
Reflexionar sobre el patrimonio es una forma de buscar el camino hacia la identidad, indi­vidual, social y comunal.

Rodolfo Sala
Museólogo